Este premio se inspira en la vida y obra de Otto Engelhardt  (1866-1936)  ingeniero y diplomático hispano-alemán que fue cónsul en Sevilla (1903-1919). Otto Engelhardt realizó de forma ejemplar el encuentro, la colaboración y fusión entre las sociedades alemana y andaluza a nivel tecnológico, cultural, social y humanitario, por lo que fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica por el rey Alfonso XIII.

El Premio reconoce y honra a personas que representan en la actualidad los mismo valores e ideales de Otto Engelhardt hace un siglo. 

A modo de dato curioso, hemos podido comprobar que en la capital onubense vivió un ciudadano alemán que también contribuyó al progreso de la ciudad. Su nombre es Wilhelm Sundheim-Giese, aunque se le conoció como Guillermo Sundheim de la Cueva (1840-1903), apellido este último adquirido de su esposa, Justa de la Cueva y Camporredondo.

Curiosamente el mismo año en el que falleció Sundheim, Otto Engelhardt fue nombrado cónsul en Sevilla. Sundheim dejó atrás su tierra natal para mudarse a Huelva con tan solo 24 años, consciente y convencido de las grandes posibilidades industriales que esta provincia ofrecía.

Sundheim llegaría a convertirse en una empresario muy importante para el desarrollo de la zona a nivel financiero, minero y ferroviario a finales del siglo XIX. Fueron claves las alianzas que estableció con empresarios extranjeros, entre ellos ingleses, que dieron como fruto la creación de la Rio Tinto Company Limited, empresa que gracias a sus gestiones y su intervención fue posible.

De tal modo y tan relevante llegaron a ser sus actividades que llegó a ser nombrado “Hijo adoptivo de la ciudad” en 1879. Como reconocimiento a su labor nombraron a la avenida donde se sitúa su mansión con el nombre de Alameda Sundheim (1892) y también, al igual que Otto, durante un tiempo ejerció como cónsul de Alemania.